Daríocosas

Los huevos de las totugas

img_20160928_103949Hace cuatro días, Darío estaba muy contento con su reencontrada tortuga marina, un juguete enorme, de plástico blandito… De ser uno de esos cacharros que pasan años guardados en un rincón, se volvió de repente su amiga del alma…

Aprovechando este interés repentino por las tortugas y que le explicaba a Gabriela que estas tortugas eran muy grandes, muy grandes, como las del Pablo me dispuse a mostrarle un pequeño videito del desove de las tortugas.

Lo miró con atención.

«¿Ves, mama? Mira como los pone. Porque las tortugas ponen huevos y salen pollitos y luego se convierten en tortugas…»

Un pensamiento en “Los huevos de las totugas

  1. Tú sabes que las tortugas van despacio. Por llevar su casa encima, rápido no pueden ir. Tú has respetado su ritmo, tardaste un tiempo para reencontrarla. Ojalá todo el mundo tenga tu paciencia y sea tan feliz con un reencuentro. A veces, la persona que está a nuestro lado es como tu tortuga, se aleja y parece esconderse, y un buen día la volvemos a encontrar y la volvemos a descubrir y a valorar. En la realidad, nunca se alejó, sino que simplemente ya no sabíamos mirarla ni verla con los ojos del corazón. Ahora no, no puedes entender mi mensaje, pero un día tus papás te lo explicarán, tus papás o la vida misma. Muchos besitos.

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